Senderismo, turismo ancestral y sanación espiritual esperan a quienes buscan détox tecnológico y físico. Juan Pablo Ramírez, de Ecoturismo Putumayo, empresa de la Corporación Turística Fin del Mundo, conformada por colonos de la zona con fines de sostenibilidad ambiental, social y ecológica, dice: “Tenemos la ceremonia del yagé, la sabiduría de culturas indígenas como los ingas, con quienes trabajamos bienestar enmarcado en tradiciones ancestrales”.
Esta región que colinda con el Amazonas garantiza la seguridad en escenarios como las cascadas Fin del Mundo, Ojo de Dios, Hornoyaco, Golondrino, Donde se Oculta el Sol y Charco del Indio.
Los recorridos por cuevas como la caverna Licamancha, a orillas del río Caquetá, así como senderismo, fotografía de paisaje a bordo de una canoa por el cañón del río Mandiyaco son otros planes para los exploradores amantes de los tesoros naturales y para quienes buscan turismo comunitario, con tarifas amigables, y los recursos van a los programas de reforestación, sustitución de cultivos ilícitos, como la hoja de coca, y la formación en turismo.
“Tenemos hospedajes urbanos y rurales certificados, apoyados por embajadas, Cámara de Comercio, Gobernación y Sena, que se encargó de las capacitaciones a los locales”, agrega Ramírez. El paseo en kayak inflable por el río Guineo permitirá conocer el lado aventurero del Putumayo, mientras que los planes de barranquismo o inmersión en las aguas verde esmeralda de la comunidad Rincón de Vides estarán disponibles a partir del 1.º de octubre. “Es una comunidad libre de covid”.